¡Vestirse sin modestia es pecado!
La biblia la cual es palabra de Dios para salvación a todo aquel que cree, habla claramente de la vestimenta; por lo cual es un aspecto que no debemos pasar por alto.
I Timoteo 2:9 Así mismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos.
§ La palabra “modestia” (griego: aidos) significa literalmente tener vergüenza, el apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo le toco este punto, el cual iba dirigido hacia las mujeres de su congregación, refiriéndose a que les enseñara a no exhibir su cuerpo dejándolo al descubierto.
§ La fuente de modestia está en el corazón de la persona, en otras palabras la modestia es la manifestación externa de una pureza interna.
§ Basándose en este principio bíblico muchas congregaciones tenemos normativas sobre no usar ropa muy ceñidas al cuerpo; entre ellas escotes o modas cuyo propósito sean exhibir la sexualidad.
Romanos 6:12-13 No reine, pues, el pecado de vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias. Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumento de iniquidad, sino presentaos vuestros miembros a Dios como vivos entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumento de justicia.
En este texto se nos habla de que no debemos obedecer a los deseos de nuestro cuerpo, de modo que lo utilicemos para el pecado, o para hacer caer a otros en él; ya que de esta manera el pecado reinaría en nosotros.
§ El significado de no prestar nuestros miembros al pecado, se refiere a no utilizar las partes de nuestro cuerpo como instrumento para caer en actos inmorales de deseo sexual; esto no solo abarca este hecho, sino también el acto de exhibir el cuerpo independientemente del fin que sea; bien sea para agradar a otros llamando la atención, o para inspirar el deseo en los demás.
Dando un ejemplo de cómo podemos utilizar el cuerpo o los miembros del mismo, como instrumento para el pecado, podemos mencionar lo siguiente: La masturbación tanto en el hombre como en la mujer.
El tener relaciones sexuales sin estar casados.
El tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo.
El utilizar ropa que exhiba tu cuerpo dando cabida a los deseos de otros por medio de ti; de igual manera la ropa muy ajustada, que aunque no exhiba directamente el cuerpo, si marque las partes del mismo denotando la parte que es; en esto entran las licras, los pantalones ajustados, las minifaldas etc
¡Nuestros actos y nuestra vestimenta hablan mucho de lo que somos!
Es muy triste cuando algunas iglesias hacen caso omiso de las normativas bíblicas de modestia en la vestimenta, y adoptan las costumbres mundanas.
En esta época de tolerancia sexual; la iglesia de Cristo debe actuar y vestirse de manera diferente a la sociedad perversa que echa a un lado y ridiculizan preceptos bíblicos.
II Pedro 3:3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias.
Romanos 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Cada creyente debe marcar la diferencia, no tenemos por qué adoptar las costumbres de otros para agradarles, ¿pues que buscamos? ¿Agradar al mundo o a Dios? Si nuestra meta es agradarle a nuestro Señor, debemos procurar guardar sus mandamientos, para hallar gracia delante de él; pues vestimos de acuerdo a lo que somos; vean lo siguiente: Un médico no se puede vestir como un bombero a la hora de ejercer la carrera, o viceversa. Ni un abogado se puede vestir de chef a la hora de estar dentro de una corte; pues cada quien viste acorde a lo que es o representa; por eso si somos de Cristo vistámonos como cristianos, y si practicamos sus enseñanzas; que nuestra conducta nos represente en todo lugar y en todo momento.
¿El usar zarcillos, polvos, pinturas de labios, sacarse las cejas etc. va contra la voluntad de Dios?
I Corintios 6:19-20 O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros.
Porque habéis sido comprado por precio; glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios
§ Si el cuerpo del creyente es el templo del Espíritu Santo, y al ser nuestro cuerpo de Dios, a él le pertenecemos; porque entonces tendríamos que ejercer dominio sobre nuestro cuerpo, perforándolo con zarcillos, pintándonos los labios, sacarnos las cejas o echándonos maquillaje; sobre todo en el caso de la mujer.
§ Así como ministramos la palabra del Señor con responsabilidad, también debemos ministrar nuestra vestimenta y nuestro cuerpo con responsabilidad, mostrando una apariencia natural delante de nuestro Dios, para así dar buen testimonio de él.
I Juan 2:5 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él.
Este texto no se refiere a que aborrezcamos las cosas creadas por nuestro Dios, como los ríos los mares, los paisajes; sino que se refiere a los malos deseos de la carne, a los vicios, a la mentira, a la fornicación, al engaño, a los asesinatos, a las violaciones, y a todos los demás hechos que llevan al pecado; todo eso está en el mundo y eso es el mundo, pues por naturaleza esas reglas lo moldean; pero no por Dios, sino por el mal corazón del hombre.
Algo que hay que resaltar es la vanidad, la cual se ase manifiesto en el caso de los zarcillos, polvos, pinturas de labios, e incluso pintarse el cabello etc. Todo eso son invenciones del hombres para alimentar la vanidad, así que la mujer debe alejarse de esos hábitos, para mantenerse natural ante su Dios.
§ Además aprendamos a valorarnos tal cual somos, a pesar de nuestros defectos, el Señor nos ama, a él no le importa si eres alto o bajito, si eres gordo o delgado, si tienes las cejar feas o bonitas; el no ve tu apariencia física, es decir, si eres feo o bonito para los demás, sino tu corazón. Pero no por eso tenemos que vestirnos como nos parezca a nosotros mismos, pues nuestro Señor Jesucristo ve nuestro interior y nuestro exterior.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amen (2Co13:14)
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